sábado, 25 de mayo de 2013

Una compañía que no me abandona



La gente va y viene,
algunos a fondo te conocen,
otros incluso ya no te ven.
Es normal que la gente cambie,
puede cambiar quien menos esperes
y cuando menos te lo imagines.

Dependiendo de los hechos
varía tu relación con los demás,
incluso sin importar lo que hayas dicho
hay cosas que simplemente no son eternas.
Quienes contigo están vienen y van,
más una compañía no te abandona.
Esa compañía no cambia sin más
a menos que tú mismo lo hagas.

Esa compañía es tu propia sombra,
compañía a la que uno se acostumbra.
Desde el principio estamos juntos,
hacemos los mismos movimientos,
en el mismo lugar nos encontramos,
aún si a diario no interactuamos.
Está con nosotros todos los días
que a su simple existencia
le hacemos carecer de importancia.

En muchos cuentos, la oscuridad es maldad.
Que es usada por el mal es verdad,
pero si fuera la propia maldad,
trataríamos de destruirla en su totalidad.
Pero la luz le da un lugar
por mucho que digan “es una amenaza”.
La luz no la querría matar
a no ser que sea totalmente mezquina
y a la vez que su existencia,
en todo, sea innecesaria.

Mi sombra y yo somos uno,
de ningún modo nos abandonamos.
Cuando no la veo
es solo porque es más grande,
se funde aún sin mi deseo,
pero conmigo prevalece,
sigue ahí mismo
y sigue siendo lo mismo
mientras sea yo mismo.

Si alguien me importara,
yo sería su segunda sombra,
querría estar en el mismo lugar
que ese alguien con quien quiero estar.
Así como mi sombra no me abandona,
para ese alguien que no puedo olvidar,
sería una compañía que nunca la abandona.

Mayo 25-2013
Black Jam







No hay comentarios:

Publicar un comentario